ENFERMÓ TU CORAZON
No pudo aguantar tu corazón tanta grandeza,
y de bondad enfermó
Pero no mudó tu sonrisa, ni tu amable gesto.
Tu corazón henchido de gratitud, emfermó
y ni eso cambio tu sonrosada cara
ni tu esperanza serena
No pudo contigo ni el dolor, ni la desesperación.
Paciente esperaste la llamada,
te fuiste de la mano del frio
y no te llevaste el calor,
ese quedó en nuestras vidas.
De grandeza y bondad enfermó tu corazón.
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